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Alcanzando el favor de Dios

Posted in 20 de dezembro de 2022

Muchas veces, cuando tenemos alguna situación de dificultad, solemos tener la necesidad de compartirlo con alguien, con alguna amistad o con quien nos sintamos verdaderamente comprendidos. Por esta causa, podemos caer en el error de no ir a las personas correctas. ¿Y quiénes son esas personas? ¿Cuáles serían las actitudes esperables de nosotros, los hijos e hijas de Dios? Lo aprenderemos con esta historia bíblica que se encuentra en el libro de Números capítulo 27 en los versículos 1 a 11.


La Palabra nos muestra que en una ocasión, cuando el Pueblo de Dios iba a entrar a poseer la Tierra de Canaán, vinieron las hijas de Zelofehad, descendientes de la tribu de Manasés, hijo de José. Estas eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.

Ellas se presentaron ante las autoridades y plantearon su situación. Que su padre, si bien no había participado de la rebelión de Coré, había muerto en su propio pecado en el desierto, como consecuencia de la sentencia que Dios mismo había dado por causa de la incredulidad del Pueblo, y había muerto sin hijo varón.

Y Moisés llevó su causa delante de Jehová, el cual les dio la razón, y ellas pudieron heredar lo que le hubiera correspondido a su padre.

Tomó Jehová este asunto como un precedente para establecer el orden de prioridad en las herencias cuando alguien moría sin hijo varón. (Ese orden fue: Hija, hermanos del difunto, hermanos de su padre, o pariente más cercano de su linaje)


Podemos aprender de estas mujeres que con valentía supieron expresar su situación ante quienes realmente podían hacer algo, es decir, a Moisés, el sacerdote Eleazar, los príncipes y de toda la congregación, a la puerta del tabernáculo de reunión. Fueron a la cabeza, a las autoridades delegadas por Dios. Aunque eran mujeres sin esposo, lo cual en esa época las dejaba en un lugar de desfavorecimiento, ¡supieron tener la actitud más acertada! Fueron ante los responsables y no se dejaron DETERMINAR por su situación de estar solas.


Me pregunto ¿qué hubiera pasado si, en lugar de eso, ellas hubieran quedado calladas, o se hubieran simplemente quejado o aún buscado una solución ante personas inapropiadas? ¡Nunca hubieran tenido su herencia! Es más, según el patrón bíblico, por cómo les iba a los quejosos o murmuradores hubieran tenido el mismo final que muchos otros que se dejaron seducir por esta tentación de la mala actitud. (Nm 21:1-9; 16:1-35)


Pastores, discipuladores, hermanos más maduros que realmente puedan ayudarnos a llevar nuestras causas delante de Jehová de quien vendrá nuestro socorro, ayuda, justicia y respuesta, son definitivamente, las personas correctas para abrir nuestros corazones y situaciones, aun cuando nos sintamos que estamos siendo desfavorecidos o que nuestra situación parezca, como la de estas mujeres, no tener precedentes.


Oración: Señor Jesús, gracias por poner en mi camino a mis discipuladores, mentores, pastores y hermanos maduros para poder expresarme y abrir mi corazón y las diferentes situaciones de dificultad, aun las que para mi son extremas. Perdoname por muchas veces caer en murmuración, quejas y dejarme llevar por la mala actitud, abriéndome con quienes tú no me guías a hacerlo.

Ayúdame a buscar respuestas en el lugar y con las personas apropiadas para lograr la victoria en todas mis luchas, sabiendo que cuando estoy alineado a tu voluntad, todo va a cooperar para mi bien, en nombre de Jesús ¡Amén!


Pra Mariela Balmaceda

mariela@msn.com